Elegy to the Spanish Republic, 1970

Tapiz de lana bordada con iniciales del artista

84,01 x 107,99 in

213,4 x 274,3 cm

The Big A – 1986-1987

Acrílico y carboncillo

sobre tela

95,66 x 60 in

243 x 152,4 cm

Preocupaciones Filosóficas

Robert Motherwell utilizó la pintura como una herramienta para expresar sus preocupaciones filosóficas. Siempre desde la abstracción.

 Aunque siempre abstracto y pictórico, el trabajo del señor Motherwell expresó sus preocupaciones literarias y filosóficas y su profundo compromiso con la cultura de la Europa mediterránea. Un gran hombre que se movía y hablaba lentamente, el artista nunca perdió su vista expresionista abstracto de la pintura como una lucha, «un estado de ansiedad», como él dijo una vez, «que se registra de forma oblicua en las tensiones internas de la tela terminada.»

Consideraba su arte como un proceso sin fin. «Toda mi vida he estado trabajando en el trabajo – cada lienzo una frase o párrafo de ella», dijo una vez. «Cada foto es sólo una aproximación de lo que quiere Esa es la belleza de ser un artista;. Que nunca se puede hacer la declaración absoluta, pero el deseo de hacerlo como una aproximación mantiene en marcha.»

Robert Motherwell fue unos de los pintores pioneros del expresionismo abstracto, siendo el más joven de la llamada “New York School”, grupo de artistas entre los que estaban Pollock, De Kooning y Rothko.

Moterwell tuvo su primer contacto con el mundo del arte gracias a una beca que le permitió estudiar en el instituto de arte Otis de Los Ángeles. Pero, posteriormente, en su época universitaria se decidió por estudiar filosofía en Stanford, algo que influiría de manera notable en su posterior obra. Cursando el doctorado de su carrera, el futuro pintor decidió abandonarlo para comenzar a estudiar arte e historia en la universidad de Columbia, bajo las órdenes de Schapiro.

Por aquel entonces, Motherwell viajó por Europa, donde conocería de primera mano la obra de los surrealistas Ernst o Tanguy, estilos que le influirían a lo largo de su carrera profesional. También visitó México de la mano de su colega chileno Roberto Matta. Estas experiencias le hicieron dedicarse a la pintura a tiempo completo.

Sus obras más famosas datan de finales de la década de los 40, con “The Crossing” y la serie “Elegías a la República Española”, inspirada en un poema del español García Lorca. A partir de ese momento, la fama de Motherwell ya era internacional y sus obras viajarían por todo el mundo de la mano de la mecenas Peggy Guggenheim.

Pero la importancia de Motherwell para el mundo de la pintura en general, y del expresionismo abstracto en concreto, va mucho más allá de su propia obra pictórica. El artista estadounidense tenía una gran facilidad para la comunicación, lo que le valdría para realizar una serie de escritos en los que explicaba de manera entendible para todo el mundo, el porqué de la pintura no figurativa y la importancia de la relación entre el pintor abstracto y el lienzo.

El mayor objetivo de Motherwell era mostrar al espectador el compromiso mental y físico del artista con el lienzo. Prefería utilizar la dureza de la pintura negra como elemento básico; una de sus más conocidas técnicas consistía en diluir la pintura con aguarrás para crear un efecto de sombra.

La obra de Motherwell se caracteriza por un fuerte componente lírico y un profundo dramatismo marcado por la presencia casi obsesiva del color negro, protagonista de sus cuadros más emblemáticos, entre ellos la famosa serie Elegía a la República Española (que se apreciará en esta exposición).

El pintor nació en Aberdeen (Washington), pero su infancia y juventud las pasó en la costa californiana, adonde su acomodada familia se trasladó en 1918. En 1927 se mudaron a San Francisco, ciudad en la que el padre de Robert se convirtió en un prominente banquero.

En 1932 ingresó en la Universidad de Stanford para estudiar filosofía y literatura moderna francesa; al mismo tiempo estudió pintura en la Escuela de Bellas Artes de California en San Francisco. En 1935 viajó por Europa con su padre y su hermana. Allí percibió el clima ocasionado por el estallido de la Guerra Civil española, que definió como “el acontecimiento político más conmovedor de la época” y lo plasmó en su obra.

En 1983 una amplia retrospectiva de su obra recorre los Estados Unidos y en 1990 recibe la Medalla Nacional de las Artes en la Casa Blanca.

En julio de 1991, pocos meses antes de una retrospectiva en su honor –que organizó el museo Rufino Tamayo de la ciudad de México–, falleció en Provincetown (Massachusetts).