JORGE STEVER 2022
Jorge Stever es un creador con esenciales aportes a la comprensión de la pintura como un proceso de reflexión que va más allá del lenguaje y el dominio del oficio. Su profundo conocimiento de la historia del arte se ubica en zonas poéticas que juegan permanentemente en los bordes del realismo y la abstracción, de la verdad y la ficción. En él se encuentra inscrita una suerte de memoria cultural, una antropología pictórica que concibe a la representación como un proceso de pensamiento y no un mero trabajo de imitación. Su obra se coloca en el ser de la pintura, en la expansión de sus límites. Fortaleció infinitamente el valor de la pintura en un momento en que parecía desdibujarse su trascendencia ante la avalancha de las instalaciones y las modas conceptualistas. En él hay una marcada voluntad de silencio, una concluyente distancia de la anécdota, un alejamiento de la narración. Depurando el proceso creativo, eliminando lo accesorio, llega a la esencia de la pintura, a la médula de sus procesos. Nada sobra. Se acercó como pocos a la fuente primordial de la pintura.
La exposición Jorge Stever incluye una selección de pinturas, esculturas y obras sobre papel, realizados entre 1975 y 2019, donde despliega los principales planteamientos que le ocupan: Puntos sobre gris, 1972, dan muestra de cómo sabiamente se deslindó de los axiomas, las corrientes y las modas imperantes en los años setenta, uniendo a voluntad del conceptualismo con el oficio de la buena pintura. Otras obras como Adagio, 1975-2007; Chaco, 1978-2003; Sofía I, 2011 o So nice, 2012, son extraordinarios ejemplos de su capacidad para generar un espacio de planos superpuestos sobre la superficie del cuadro a través del juego de las sombras. Las líneas que parecen separarse sobre el lienzo generan un juego de sombras sobre el plano monocromo. El cuadro abandona la dimensión sensorial y pasa a ser un asunto mental. Permite que las estructuras invisibles fluyan y surja a la vista un espacio libre, respirable, donde flotan sombras, objetos y signos. Las esculturas-objetos manifiestan una faceta poco conocida del artista, donde replantea la cotidianidad en su aspecto más cercano. En las obras sobre papel destaca la calidad material del soporte para presentar un máximo de volumen, transparencias, formas y espacio. El resultado es la aparición de un espacio, secreto pero múltiple, sobre la tela. El espacio pasa a ser objeto del cuadro; es un espacio que abarca totalmente la percepción, incluyendo las atmósferas y los toques de luces y sombras. Gracias al irreprochable dominio de las transparencias, las sombras y las tonalidades neutrales Jorge Stever crea una sensación de transparencia envolvente, de un espacio en suspensión que constituye un logro esencial.